Luis Augusto Medeiros Rutledge
Geopolítica y Energía
La percepción de los BRICS sobre la necesidad de una reorganización global del poder hacia un orden multipolar más equilibrado fue uno de los puntos fundamentales para la admisión de nuevos Estados miembros. La inclusión de países islámicos de Oriente Medio, representados por Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que desempeñarán roles clave dentro de cada espectro geopolítico, se traduce en el claro deseo del bloque: una mayor amplitud en las cooperaciones comerciales y energéticas y equilibrar la geopolítica internacional con la presencia del Oriente Medio.
Desde el punto de vista económico, después de su expansión, los BRICS ahora representan más del 43% de la producción global de petróleo, frente al 38% de la producción global de la OPEP. Albergando al 46% de la población mundial, los BRICS contribuyen con el 31,5% del PIB global, superando el 30,8% del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá). Además, la expansión de los BRICS puede tener implicaciones importantes para la inversión y el comercio de energía, ya que reúne a grandes productores de petróleo en un momento en que el mundo avanza hacia una transición energética, la influencia geoestratégica de los BRICS en la gradual sustitución de la energía fósil por energía renovable será perceptible. El bloque expandido, sin lugar a dudas, se vuelve más fuerte.
Un análisis geopolítico simplista después de la nueva agrupación de los BRICS indica el ascenso de la influencia china sobre los Estados miembros, el intento de debilitar la influencia estadounidense y la confirmación de la multipolaridad. Sin embargo, la inclusión de diferentes sistemas políticos, económicos y, aún más, culturales, expone las dificultades para alcanzar un discurso unánime en este nuevo sistema de gobernanza global.
Debemos estar de acuerdo en que el multialineamiento proporciona a los países islámicos mayores opciones en política exterior, seguridad y defensa. Hay varios factores que convergen en favor de que Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos se unan a los BRICS. Irán es un caso aparte.
La adhesión a los BRICS fue muy estudiada por las relaciones exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, dado que la posición geopolítica del país es compleja al mantener buenas relaciones con Estados Unidos y depender en gran medida del comercio con China. En el ámbito comercial, India y China, los dos mayores socios comerciales, intensificarán los lazos económicos con el país. Actualmente, el país desempeña un papel significativo en energía, comercio y finanzas internacionales. Los constantes conflictos en Oriente Medio no han impedido la capacidad de los Emiratos Árabes Unidos para desarrollar su economía. Su crecimiento económico no petrolero está aumentando a una impresionante tasa de casi el 6% anual, superando a varios países occidentales. La capacidad geoconómica de los Emiratos Árabes Unidos para hablar con diferentes frentes políticos fue un factor determinante en su inclusión en los BRICS. En 2020, los Emiratos Árabes Unidos atrajeron inversiones extranjeras, figurando entre los principales socios: Estados Unidos, Reino Unido e India.
Los Emiratos Árabes Unidos esperan que su inclusión en los BRICS facilite nuevos acuerdos comerciales bilaterales. La conducción de la geopolítica de los Emiratos Árabes Unidos siempre ha tendido hacia una estrategia de multialineamiento. A través de los BRICS, el país buscará aumentar sus asociaciones comerciales e de inversión sin perjudicar su política exterior con los EE. UU., país que sigue siendo un socio clave en áreas como la seguridad, el comercio y la inversión.
Para Arabia Saudita, la adhesión a los BRICS significa una mayor amplitud internacional, alejándose del tradicional alineamiento con los Estados Unidos hacia el crecimiento de las relaciones internacionales sin conexión estadounidense, reproduciendo la trayectoria de Turquía en los últimos veinte años. Arabia Saudita, que ya es un líder regional, también tiene un impulso ambicioso para convertirse en una voz activa globalmente, una ambición para la cual los lazos más profundos con China son igualmente importantes.
Países como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos tendrán a partir de este momento la oportunidad de asumir una mayor relevancia en el escenario en formación. El sistema multilateral dominado por Occidente, basado en las políticas estadounidenses y a menudo respaldado por los liderazgos europeos, será modificado. A largo plazo, la cooperación global y los nuevos mecanismos de política exterior modificarán el sistema geopolítico global, con una fuerte participación del Medio Oriente.
Por otro lado, Irán, tras su ingreso al BRICS, espera una apertura de sus relaciones internacionales en los ámbitos político, económico y fiscal. Desde una perspectiva puramente económica, el BRICS representa para Irán inmensas oportunidades de abrirse nuevamente. El país, afectado por duras sanciones y aislamiento económico, encuentra en este bloque económico un mercado abierto para las finanzas iraníes. Irán es un aliado estratégico importante situado en el centro geográfico entre Europa, Asia y África. Posee riquezas petroleras y minerales críticos, y una alineación política con China y Rusia. Al margen del bloque económico, Teherán está comprometido con Pekín en el fortalecimiento de la asociación estratégica para promover la Iniciativa del Cinturón y Ruta (BRI, por sus siglas en inglés). El proyecto tiene como objetivo el desarrollo de infraestructura en Asia, África, Europa y América del Sur. Irán es un gran mercado con importantes relaciones comerciales con países del BRICS, incluido Brasil, y crecerá aún más para convertirse en una potencia económica global como China, Rusia e India. Sin duda, Irán es una potencia regional de enorme importancia geoestratégica. Las relaciones débiles de Irán con muchos países occidentales son una oportunidad para reforzar sus lazos económicos y militares con potencias no occidentales. Según el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, la expansión del BRICS muestra que el enfoque unilateral está llegando a su fin.
El BRICS tiene intereses económicos, políticos y estratégicos definidos, por lo que las divergencias entre los países miembros pueden dificultar la gobernanza efectiva y el alineamiento deseado por China. La expansión propuesta ha sentado en la misma mesa a antiguos adversarios, como Irán y Arabia Saudita, que han vuelto a establecer relaciones diplomáticas tras la mediación de China. Equilibrar los diversos intereses del bloque político y económico mientras persiguen individualmente sus propios objetivos será una tarea ardua, especialmente si surgen conflictos de interés.
Arabia Saudita, Irán y los Emiratos Árabes Unidos convergen en sus intereses como miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y podrían hacer lo mismo en el bloque del BRICS.
Los recientes ataques de Irán a Israel sin dudas suponen una revisión, aun así los objetivos de los BRICS se mantienen, al menos hasta la próxima reunión del grupo, donde sin dudas este tema podrá cambiar muchas cosas.
Luis Augusto Medeiros Rutledge
Ingeniero petrolero graduado por la UNESA y con un MBA Ejecutivo en Economía del Petróleo y Gas de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Postgraduado en Relaciones Internacionales y Diplomacia por el IBMEC.
Investigador de la UFRJ, Analista de Geopolítica Energética y Miembro Consultor del Observatorio del Mundo Islámico de Portugal.
Columnista del sitio MenteMundo.
Referencias:
https://www.aljazeera.com/news/2023/8/25/analysis-what-do-brics-invitations-mean-for-the-middle-east BRICS Invites the UAE—Another Sign That the Multipolar World Is Here | The Washington Institute
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