top of page
  • Foto del escritorCERES

El Liderazgo de China en la Industria Automotriz y la Dependencia Global en el Sector

Introducción


China es una de las potencias mundiales más estudiadas y observadas, sus cifras, estadísticas y previsiones sorprenden a los expertos por su velocidad y acierto en las estrategias aplicadas, aunque con un sistema político complejo y, en algunos momentos, controvertido.


La evolución y desarrollo de China son constantes e integran diversos sectores económicos. Estamos presenciando cómo el país deja atrás su eslogan de ser productor de calidad inferior y barata para convertirse en un territorio de donde todo proviene y se hace.

En Brasil, ya hemos experimentado su avance tecnológico en la telefonía, con la llegada de Xiaomi y Huawei. Un nuevo producto que está llenando los puertos y calles de Brasil es el automóvil BYD (Build Your Dreams), con un diseño innovador, eléctrico y una larga vida útil, con 8 años de garantía para la batería según la fábrica.


El desarrollo de la industria automotriz de China y su expansión en el mundo se ha dado en apenas 3 décadas, con una estrategia que involucró asociaciones transnacionales.


Actualmente, siendo el mayor polo industrial automotriz del mundo, debemos preguntarnos hasta qué punto dependemos de este sector del país.


El desarrollo de la Industria automotriz en China


Aunque los primeros pasos de China en la industria automotriz se dieron a partir de 1950 con influencias soviéticas, fue a partir de 1990 que mostró un acelerado desarrollo que la llevaría años después al liderazgo mundial. En 1992, China ya registraba la producción de 2 millones de unidades anuales.


En 2009 alcanzó el liderazgo como el mayor productor de automóviles del mundo y, en la actualidad, posee la cadena de suministro más avanzada para vehículos eléctricos. No es que el país tenga la sostenibilidad como objetivo primordial, pero así es como China encontró un diferencial para las marcas chinas, posicionándolas fuertemente en la próxima generación de vehículos.


La República Popular China, a mediados del siglo XX, no contaba con el conocimiento o la experiencia necesarios para desarrollar su propia industria automotriz. Su escasa experiencia en el sector no la llevaría al liderazgo del mercado. Por lo tanto, se emitió un decreto en 1979, revisado varias veces, que permitía a las empresas multinacionales fabricar sus automóviles en China siempre y cuando tuvieran una empresa conjunta con alguna marca china que poseyera al menos el 50% del contrato. Ejemplos de esta alianza son SAIC-GM-Wuling, Dongfeng Nissan, FAW-Volkswagen, FAW Toyota, entre otras.


Esta alianza requería compartir conocimientos que permitieran a las marcas nacionales especializarse cada vez más en el desarrollo de este sector, mediante el acceso a análisis de calidad, estudios de innovación e investigaciones para el producto.


En 2018, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China (NDRC) anunció un cronograma para eliminar gradualmente las restricciones de propiedad para los fabricantes de automóviles. A partir de ese momento, las marcas internacionales podrían establecer fábricas teniendo el control del 100% de la propiedad. Después de este anuncio, por ejemplo, la estadounidense Tesla inauguró su fábrica en Shanghái, llamada Gigafábrica de Shanghái, en 2019.


Sin embargo, el gobierno chino subvenciona fábricas de automóviles eléctricos desde 2009, lo que, entre otras marcas, fortaleció el desarrollo de BYD, empresa que actualmente compite directamente con Tesla y que, según los expertos, podría haber superado a la estadounidense en diseño, calidad y precio mucho más competitivo.


El año pasado, en 2023, China exportó una cantidad tan significativa que le otorgó el título de mayor exportador de automóviles del mundo, dejando a Japón en segundo lugar. En ese mismo año, las exportaciones de vehículos de pasajeros aumentaron un 63% en comparación con 2022.


Es importante destacar que dentro de este escenario generalizado, cada marca china tiene su propia historia. Por ejemplo, BYD, antes de fabricar automóviles, se especializó en baterías, lo que redujo drásticamente el valor de las antiguas que se importaban de Japón a China. Esto le otorga una ventaja en la producción de automóviles, ya que dentro de su línea de producción tiene uno de los componentes esenciales del producto.


Sin embargo, la estrategia político-económica para desarrollar el sector, que China consideraba como uno de los esenciales para su crecimiento, fue exitosa. A través de asociaciones comerciales agresivas, obtuvo conocimientos y la experiencia necesaria para impulsar sus propias fábricas, creó polos de desarrollo automotriz que fomentaron la investigación y la innovación y, por último, subsidió un nuevo mercado del cual se convirtió en líder. Las investigaciones aún señalan que China podría convertirse en los próximos años en el mayor proveedor de baterías, teniendo bajo su dominio uno de los componentes esenciales para la producción de vehículos similares por parte de sus competidores.

La Internacionalización de la Industria automotriz como Soft Power en China

De ser conocida como "producto de calidad inferior" a gran jugador del mercado, China presenta un desarrollo cada vez mayor y más amplio. Sus fábricas trabajaron duro para mejorar y perfeccionar sus procesos de tal manera que pudieran competir en el mercado internacional.


El término Soft Power, acuñado por primera vez por el profesor Joseph Nye, se refiere a la capacidad de un Estado para influir indirectamente en el comportamiento político de otros Estados.


Si consideramos que China es uno de los mayores productores de litio, el principal elemento utilizado en la elaboración de baterías para vehículos eléctricos, y que también es uno de los mayores (si no el mayor) proveedores de baterías para vehículos eléctricos, puede haber sido de gran interés para ella acelerar el mercado de automóviles eléctricos, con conocimientos en ingeniería y altos subsidios para el desarrollo de la industria, queda preguntarse si no fue un mercado meticulosamente diseñado.


Sería un error atribuirle el título de villano. China está demostrando querer convertirse en un verdadero jugador del mercado internacional y hará todo lo necesario, principalmente utilizando sus ventajas competitivas, para alcanzar los mayores mercados potenciales.



Ana Clara Gutiérrez Acosta

Estudiante de Relaciones Internacionales y Gestión Comercial, emprendedora. Es coordinadora del Comité de Jóvenes Emprendedoras de la OBME - Organización Brasileña de Mujeres Empresarias, asesora personal de Lilian Schiavo e integrante de PACE - Plataforma de Acción para Comunicar y Comprometer de la Red Brasil del Pacto Global. Trabajó en la Internacionalización de Proyectos y Organización de Eventos Empresariales Internacionales. Actualmente, es Analista de Comercio Exterior en Massimex Trading Ltda.


REFERENCIAS: 

Comments


bottom of page