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2024, el mundo acude a las urnas

las urnas representando poco más de 2 mil millones de personas, aproximadamente un cuarto de la población mundial, que hoy está cerca de los 8.1 mil millones de personas. La diversidad cultural y política de estos procesos electorales es enorme, desde las elecciones legislativas que ocurrieron en enero en Bangladesh, pasando por la elección de representantes en el parlamento europeo en la Unión Europea, hasta las grandes disputas ejecutivas en Estados Unidos y Rusia. Este será el mayor número de votantes acudiendo a las urnas en un mismo año electoral en la historia.


Sin embargo, lo que parece ser una gran "fiesta de derechos sociales" puede convertirse en una gran amenaza para el equilibrio de la democracia. Las principales agendas en casi todos los países giran, en alguna medida, en torno a cuestiones ligadas al nacionalismo, visiones de mundo más individualistas, revisión de modelos político-económicos y libertades versus derechos individuales.


Este comienzo de nuestro siglo XXI ya está marcado, en términos políticos, por una gran retomada de pensamientos e ideas conservadoras y en gran parte conectadas con ideologías de la extrema derecha. Hay sin duda un gran movimiento de inquietud en la sociopolítica, es decir, un descontento de las sociedades con la política institucional de sus regiones. Si al final de la primera década hubo un gran cuestionamiento sobre la eficacia del modelo occidental de la socialdemocracia, hoy vemos un aprofundamiento de eso, inflado por los discursos de antiguos miembros de una derecha clásica y que vieron en la extrema derecha la oportunidad de retornar al poder.


Los discursos nacionalistas, ufanistas del "mundo a la antigua", las ideas proteccionistas extremas, el pensamiento xenófobo e individualista, una defensa de modelos neoliberales, el ataque al progresismo cultural, entre otras pautas, son los mayores signos de que el mundo de la democracia contemporánea puede estar viviendo días muy difíciles.


Estas grandes elecciones de este año 2024 pueden, y creo que deberían, aumentar aún más las tensiones en la política en general. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial no teníamos un escenario global con una discordancia y una distancia de pensamientos y visiones de mundo entre candidaturas tan grandes. Aunque hubo oposiciones y situaciones, en muchos aspectos y hasta en acciones, la distancia de pensamiento político interno y externo se acercaba, algo que hoy es improbable que suceda.


El gran ejemplo de esto serán las elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde el actual mandatario, Joe Biden, intenta la reelección por el partido demócrata bajo fuertes desconfianzas y números de aprobación muy bajos. Él tiene la 3ª peor aprobación después de 3 años de mandato en 70 años en Estados Unidos, con un 41%, quedando solo por delante de Ronald Reagan y Jimmy Carter con un 41% y un 40%, respectivamente. Números importantes si los juntamos con los de Donald Trump, que aparece justo después de Biden, con un 43%, que en común con Carter del partido Demócrata no consiguieron ser reelegidos.


¿Cómo puede ser el mundo al final de este año?


Creo que tendremos de manera casi segura un gran giro hacia la derecha, no la clásica, más moderada y de debates, sino algo cercano o incluso la propia extrema derecha, esto en gran parte de las elecciones. El ejemplo ocurrido en Argentina es muy claro, décadas de una crisis profunda, donde varios políticos entraron y salieron -en 2001 Argentina tuvo 5 ministros de economía en 1 semana- dejaron a la población sin ninguna credibilidad en partidos y políticos moderados, llevando a la elección de una de las figuras más excéntricas y de extrema derecha del país, Javier Milei.


Al observar las elecciones más importantes en el mundo, las que destaco a continuación, entiendo que tenemos mucho de qué preocuparnos. El mundo ya vive tensiones muy elevadas, ya sea por cuenta de la guerra en Ucrania, ya sea debido a la crisis, que cada vez tiene una escalada mayor, en Israel, pero podemos vivir una situación más dramática.

En cuanto a las elecciones, en Rusia y Venezuela no habrá sorpresas, incluso por la configuración de los regímenes y las elecciones, Putin y Maduro serán reelegidos. La mirada sobre India me preocupa por la inestabilidad regional y con el mundo occidental, pero la reelección de Modi también es muy segura.


Portugal debe tener un cambio brusco, pasando de la izquierda socialista a una extrema derecha, del partido Chega, pero el Reino Unido deberá volver a los Trabajadores. Los temores quedan por cuenta del ascenso de la extrema derecha en Francia y Alemania y en el parlamento europeo, situaciones que aún creo que serán rechazadas internamente pero que seguirán avanzando.


En Estados Unidos las elecciones serán, una vez más, extremadamente turbulentas, debido a las incertidumbres sobre la "elegibilidad" de Donald Trump, cómo puede usar el partido demócrata esto en la campaña y las cuestiones jurídicas sobre los procesos que el ex presidente enfrenta. Entiendo que solo las cuestiones jurídicas deberían complicar la vida de Trump, porque en las urnas el magnate tiene plenas condiciones de regresar a la Casa Blanca.


Por último, una elección poco hablada pero que puede cambiar incluso el equilibrio de poder regional, son las elecciones generales en Taiwán, que deben elegir la continuación del proyecto de alejarse cada vez más del control chino y buscar su democracia totalmente independiente. Para esto la isla necesitará contar con una fuerte defensa política y militar de Estados Unidos, ya que China ya ha advertido que subirá el tono y promete una fuerte reacción, lo que puede llevar a otra región del mundo a tensiones.


Lo que está en juego en Estados Unidos?


Antes de cualquier análisis, necesitamos entender que en el momento actual Donald Trump está enfrentando numerosos procesos, incluyendo 4 penales, relacionados con las invasiones al Capitolio el 6 de enero de 2021, lo que podría complicar mucho las elecciones. Será la primera vez en la historia de Estados Unidos que un candidato podría postularse e incluso ganar en medio de un proceso penal o incluso si es condenado. Es importante recordar que no existe un mecanismo jurídico como la ley de Ficha Limpa que tenemos en Brasil, es decir, aunque sea condenado en cualquier instancia, un candidato puede asumir el cargo. Todavía hay un gran debate jurídico sobre la sección 3 de la 14ª enmienda constitucional que dice:


“No person shall be a Senator or Representative in Congress, or elector of President and Vice President, or hold any office, civil or military, under the United States, or under any state, who, having previously taken an oath, as a member of Congress, or as an officer of the United States, or as a member of any state legislature, or as an executive or judicial officer of any state, to support the Constitution of the United States, shall have engaged in insurrection or rebellion against the same, or given aid or comfort to the enemies thereof. But Congress may by a vote of two-thirds of each House, remove such disability.”


"Ninguna persona podrá ser senador o representante en el Congreso, o elector del presidente y vicepresidente, o ocupar cualquier cargo, civil o militar, en los Estados Unidos o en cualquier Estado, que, habiendo prestado previamente juramento, como miembro del Congreso, o como oficial de los Estados Unidos, o como miembro de cualquier legislatura estatal, o como funcionario ejecutivo o judicial de cualquier Estado, para apoyar la Constitución de los Estados Unidos, se haya involucrado en una insurrección o rebelión contra la misma, o haya dado ayuda o conforto a sus enemigos. Pero el Congreso puede, mediante una votación de dos tercios de cada Cámara, remover esta inhabilidad."


En prácticamente todas las encuestas de intención de voto realizadas a fines de enero, Trump aparece con ventaja sobre Biden, y prácticamente garantizado en las primarias del partido Republicano, considerando que De Santis ya ha retirado su campaña y declarado apoyo a Trump, y Haley perdió con un margen considerable en las últimas primarias en New Hampshire.


Donald Trump basa su discurso en el total antagonismo hacia la política Demócrata de Joe Biden y sus predecesores, así como en el desempeño tradicional del propio partido Republicano, hoy liderado por la gran base trumpista. Siguiendo sus ideas de "Hacer América grande de nuevo" y el lema "América primero", el ex presidente, ahora candidato, ha intensificado su oposición contra los inmigrantes, latinos, empresas transnacionales, ha atacado a China y las relaciones comerciales y financieras con Pekín, buscando aún más a su electorado cautivo. Todavía se refiere a las últimas elecciones como fraudes y se presenta como "perseguido por el sistema".


¿Otro mandato para Putin?


Las elecciones también se llevan a cabo en Rusia bajo Vladimir Putin, quien prácticamente tiene asegurada su victoria en otro período, dirigiéndose hacia su quinto mandato, dado que su principal opositor, el activista Alexei Navalny, fue localizado en prisión en Siberia y está impedido de postularse.


Sin duda, los mayores debates sobre el futuro de Rusia están vinculados a la campaña en la Guerra de Ucrania, la cuestión del suministro de energía, gas, a Europa y un fuerte resurgimiento del sentimiento soviético, nacionalista, de retorno a las raíces.


Los conflictos en Ucrania han cumplido dos años y numerosas crisis internas ya afectan al Kremlin, el desgaste de las tropas, el número de pérdidas militares, los gastos elevados y una promesa de combate y anexión de territorios rápidos que no se han cumplido. Por otro lado, hay una propaganda de rescate al sentimiento conservador del pasado soviético, Putin ha buscado defender que Rusia debería volver sus ojos hacia lo que alguna vez fue el gran imperio soviético, lo que ha afectado de alguna manera su popularidad, especialmente entre la población más anciana y conservadora.


Las mayores elecciones del mundo


Tendremos elecciones en las dos naciones musulmanas más pobladas del mundo, donde un líder que fue destituido acusado por corrupción puede influir mucho en el proceso electoral, y en el país que llevará a cabo las mayores elecciones del mundo en un solo día, con cerca de 200 millones de electores y más de 1,5 millones de diásporas, en Pakistán e Indonesia, respectivamente.


También tendremos las elecciones en la democracia más poblada del mundo, India, donde se está consolidando una gran transformación política y social. La transformación de una democracia que hasta hace poco tenía un carácter progresista, se ha convertido en un proyecto en curso de un Estado nacionalista hindú, una teocracia conservadora liderada por el actual primer ministro y candidato a la reelección, Narendra Modi. Las tensiones aumentan con el endurecimiento inflexible de las leyes hindúes que ignoran a los 200 millones de musulmanes y 28 millones de cristianos, que intentan adaptarse a esta nueva realidad. En las relaciones internacionales, preocupa que este gobierno tenga una gran cercanía con Rusia y China y una fuerte oposición a Pakistán -con problemas históricos y fronterizos- además de ser un gran socio comercial del occidente, principalmente de los Estados Unidos, y una fuerza internacional influyente.


Sudáfrica y América Latina


En Sudáfrica, podría haber por primera vez en 30 años una muestra de debilidad del partido de Nelson Mandela. En las últimas elecciones hace dos años, el partido obtuvo menos del 50% de los votos y la tendencia es que la insatisfacción con la corrupción y la falta de gobernabilidad en el país lleve a un giro hacia la derecha.


En México, podríamos presenciar un avance muy importante, ya que una mujer podría ser elegida presidenta, dado que hay dos candidatas favoritas para la contienda. Ambas han formado grandes coaliciones y competirán por la preferencia de los electores. Aunque hay diferencias en la defensa de los temas, el consenso sobre la alta criminalidad, la lucha contra el narcotráfico y las delicadas cuestiones de la inmigración hacia Estados Unidos parecen unir a ambas.


Venezuela es un caso aparte, una autoproclamada democracia que dejó de serlo hace algún tiempo, y tendrá elecciones presidenciales. Nicolás Maduro prácticamente es el único candidato, ya que su régimen persigue e impide, de diversas maneras, que las oposiciones participen en el proceso. El último intento fue de Juan Guaidó, que no estuvo cerca de asumir el cargo, aunque muchas agencias observadoras afirmaron que, de no haberse producido fraude en las elecciones, él habría sido elegido. Un punto preocupante son las recientes declaraciones e intenciones públicas de Maduro de retomar el plan de anexión de la provincia de Essequibo, hoy territorio de Guyana, objeto de disputas en el siglo XIX.


¿Taiwán podría ser la gota que colme el vaso para una intervención?


La isla disidente del régimen comunista chino siempre ha sido objeto de mucha presión, tanto interna como de Pekín por un lado y de Estados Unidos por otro. Se han producido numerosos episodios de escalada bélica, pero China siempre ha logrado mantener, hasta cierto punto, el control político en Taiwán. Sin embargo, las elecciones de este año no solo podrían cambiar el rumbo de la isla, sino también ser el motivo que faltaba para intervenciones más serias.


Con tres candidatos, siendo el favorito defensor de la independencia política y democrática total de Taiwán, China ya ha advertido que, si los electores eligen este camino, lo que muestran las tendencias, eso podría significar la "elección de la guerra".


¿Hacia dónde se dirige la Unión Europea?


Se avecinan elecciones para elegir representantes de los Estados dentro del Parlamento Europeo, en un momento decisivo para el bloque regional, que necesita comprender qué rumbo debe tomar: ampliar internamente en cuestiones comerciales, enfocarse en nuevos acuerdos, ser más flexible en acciones unilaterales, fomentar la entrada de más países, abordar las cuestiones de pensiones e inmigración...

Será la primera elección para el parlamento de la UE desde la salida del Reino Unido, y a pesar de tales preocupaciones, el avance de la derecha puede llevar a que los partidos conservadores se conviertan en el tercer grupo parlamentario más grande, promoviendo agendas contrarias a la evolución del bloque y que dificultarían la resolución de problemas internos, tales como: más ayuda a Ucrania, sanciones a Rusia, revisión y probable dificultad en el diálogo diplomático con China, retrocesos en el ámbito climático y restricciones a la inmigración.


También es importante recordar que esta derecha europea puede y deberá influir en un ascenso aún más fuerte en Francia y Alemania, y junto con esto tendremos elecciones en Portugal, donde el primer ministro fue forzado a dimitir después de 8 años en el cargo, debido a investigaciones de corrupción que podrían llevar a la extrema derecha del partido Chega al poder.


Las elecciones en el Reino Unido, que deberían tener lugar a finales de este año o principios del próximo, pueden ser el factor diferenciador en este escenario europeo, donde por primera vez en 14 años el partido conservador podría perder las elecciones y ceder el gobierno al partido Laborista.


Es fundamental comprender que el mundo está experimentando un momento político de inquietud social y, sobre todo, de dudas sobre la eficacia de las ideas moderadas, de izquierda y progresistas. Por supuesto, esto se debe a una serie de factores, como la apropiación del discurso, la propagación a través de las redes sociales, el uso criminal de noticias falsas para moldear la narrativa, pero también es crucial reflexionar sobre los últimos 30, 35 años. ¿Las elecciones a favor de una política institucional moderada y que busca la social democracia, con temores de realizar grandes cambios en el status quo, han generado resultados sociales para aquellos que realmente lo necesitan? ¿O la tensión revolucionaria vibrante de izquierda se quedó solo en la Revolución Francesa de 1789? Me parece que los moderados, progresistas de izquierda y el modelo de social democracia, gobernados hasta ahora, por miedo a perder el poder o por gusto por el mismo, han evitado tocar grandes temas polémicos, evitar grandes transformaciones, principalmente políticas, así como han quedado estancados en la comunicación y el contacto con la sociedad. El año 2024 podría ser el inicio de una nueva ola política global conservadora y de extrema derecha, y esto no es necesariamente bueno, sino extremadamente preocupante.




Bernardo Monteiro es licenciado en Relaciones Internacionales por la UNESA y también tiene un posgrado (MBA) en Relaciones Internacionales por la FGV-RJ. Es autor del libro "Para una Estabilidad Democrática" y cuenta con formación como analista político internacional. Se desempeña como escritor, analista político, investigador y divulgador científico sobre temas como política brasileña, historia de la democracia, democracias occidentales y sociopolítica.


Ha sido investigador asociado de Escenarios Prospectivos del Laboratorio de Simulaciones y Escenarios de la Escuela de Guerra Naval de la Marina de Brasil (LSC-EGN/MB). También fue profesor invitado en la asignatura de Análisis de Política Internacional para la licenciatura en Defensa y Gestión Estratégica Internacional de la UFRJ. Asimismo, fue profesor de Análisis de Política Exterior para el I Congreso de Relaciones Internacionales (I CONRI) y ha sido conferenciante y profesor sobre política brasileña, análisis político, geopolítica, democracias y escenarios prospectivos.


Referencias Bibliográficas:









Podcast “O assunto, Ep: O caminho aberto para Trump na eleição americana”


Podcast “O assunto, Ep:Trump x Biden (de novo) na eleição dos EUA”


Podcast “Ao Ponto, Ep. Os desafios dos governos de esquerda eleitos na América Latina”


Podcast “Ao Ponto, Ep. A Fraqueza das Democracias na América Latina”


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